El momento del descanso es uno de los más importantes a la hora de prevenir los dolores de espalda, por eso al estar acostado se tiene que prestar atención a las posturas que se adoptan y a las características de los equipos de descanso. Por término medio, pasamos de 6 a 8 horas al día tumbados, tiempo durante el cual la columna descansa sin soportar el peso del cuerpo.
El colchón debe ser firme y recto, en cuanto a que no debe tener la forma de una hamaca, pero debe ser suficientemente mullido como para adaptarse a las curvas de su columna (cifosis y lordosis) un colchón muy duro, como el suelo o una tabla, es tan perjudicial como un colchón excesivamente blando, en el que su columna "flota" sin sujeción.
Un buen colchón debe prestar apoyo a toda la columna. Como muestra de ello, al estar acostado, boca arriba (“decúbito supino”) con las piernas estiradas, se debe notar que la columna lumbar está apoyada en el colchón, y no forma un arco por encima de él.